Cómo tendría que ser la sandalia ideal
Con la llegada del verano los pies son, junto con las sandalias, los grandes protagonistas. Tras pasar meses olvidados dentro del zapato, es el momento de liberarlos del calzado cerrado y dejar que se expandan y transpiren de forma natural. Sin embargo, para que este tipo de calzado sea confortable y evitar lesiones, rozaduras o un exceso de sudoración, hay que tener en cuenta una serie de consideraciones, tanto de uso como de fabricación que, a menudo, se pasan por alto.
Escoger un buen calzado siempre es fundamental, pero aún lo es más en verano, ya que los pies están más expuestos y también se calzan durante más tiempo. Por tanto, dar con una sandalia cómoda y saludable es fundamental. Sin duda, evitar el calor y el sudor, son las dos características predominantes en este tipo de calzado, sin embargo, no son las únicas, ya que, además de la mejora de la temperatura y la humedad, es muy importante considerar otras propiedades que aporten confort.
En este sentido, el Laboratorio de Análisis Funcional de INESCOP, en base a estudios y ensayos realizados, así como a resultados obtenidos en proyectos de I+D+i, ha recopilado una serie de recomendaciones que sirven tanto, desde el punto de vista del diseño y la fabricación, como del usuario para poder decantarse por un modelo u otro.
Ensayos de calce realizados durante el proyecto TACONSHOE II financiado por el IVACE
FUNCIONALIDAD
A la hora de escoger un calzado, ya sea de verano o de invierno, siempre se ha de tener en cuenta qué tipo de actividad se va a desarrollar y en qué entorno. De este modo, se evitarán problemas de confort y seguridad como: modificación de la marcha, inestabilidad, resbalones, etc. Por tanto, las necesidades funcionales como sujeción, agarre, diseño y transpirabilidad vienen determinadas por las prestaciones esperadas durante el uso del calzado y son fundamentales en cualquier tipo de calzado.
CALCE
Es muy importante elegir un diseño que ofrezca una buena sujeción para evitar posturas incómodas al caminar e incluso para prevenir posibles caídas.
Asimismo, considerar el cambio de volumen del pie, evitando tanto holguras excesivas como estrecheces, es fundamental. En este sentido, siempre se recomienda probar el calzado por la tarde, que es cuando el pie está más expandido.
Sin embargo, en el caso de la población infantil, que implica movilidad elevada con marchas irregulares, prima la sujeción ajustable en pie completo para aportar libertad, control de movimiento y estabilidad de la marcha.
CONFORT
Es importante que las sandalias nos faciliten la mayor libertad de movimiento y el menor esfuerzo muscular, buscando ligereza y flexibilidad del calzado, así como una mayor distribución de presiones plantares y absorción de impactos que nos aporten confort.
MATERIALES
Tanto si son naturales como sintéticos, los materiales deben ofrecer una buena capacidad de transpiración para mantener el pie lo más seco posible.
También es importante evitar aspectos prejudiciales como rigidez para evitar molestias y rozaduras en las zonas de contacto con el pie, especialmente en las zonas de flexión, sujeción de dedos, empeine y talón, con cantos rectos, tiras finas y delgadas, fijaciones de adornos, etc.
Así, los materiales de empeine y plantilla, han de poder absorber el sudor generado y permitir un secado completo entre usos para evitar reproducción de microorganismos y malos olores.
En cuanto a las suelas, se recomienda que, tanto los materiales, como el grosor y diseño, aporten propiedades como amortiguación, agarre, aislamiento físico y térmico.
SUJECIONES
Garantizar la sujeción del pie es fundamental para asegurar la salud del usuario y evitar lesiones por torceduras o caídas. Para ello, se suelen usar cordones, gomas y tiras, con diferentes tipos de cierre regulables. Estos tipos de sujeciones serán de mayor o menor exigencia, en función del suelo o pavimento, o de la funcionalidad que se le dé al calzado.
Por ejemplo, si el usuario va a caminar por suelos llanos o bien pavimentados, la exigencia de sujeción será mínima. Es decir, bastaría con sujeción en la parte delantera del pie y una suela con resistencia al deslizamiento.
Sin embargo, para suelos irregulares, la sujeción deberá ser mayor, ampliando esta a la parte trasera y una suela que se adapte al terreno.
DESLIZAMIENTO Y CONFORT TÉRMICO
El confort térmico, cada vez más demandado por los usuarios, es una característica que en verano toma más relevancia debido a las altas temperaturas que alcanzan los pavimentos exteriores.
Además, en verano es habitual encontrar zonas húmedas o mojadas, por lo que, tanto el aislamiento térmico del piso como la resistencia de este al deslizamiento en pavimentos mojados adquiere especial importancia.
A pesar de que algunos materiales de suela tienen mejores propiedades de agarre que otros, es importante dedicar especial atención al diseño del dibujo y resaltes de la suela, ya que estos pueden aportar mejoras tanto en agarre como en la facilidad de evacuación de los fluidos del pavimento.
En este sentido, y dado que la suela es la que entra en contacto con el suelo, es esencial tener en cuenta tanto su material como el grosor.
ALTURA TACÓN
Es inevitable rendirse a unas sandalias de tacón. Sin embargo, hay que tener muy presente que, si su altura supera los 15-20 mm, no se podrá asegurar la estabilidad, ni evitar la fatiga o la posible incomodidad.